Después de un largo paréntesis que me ha alejado de mis clases, volvemos a la carga también por aquí. Y lo hacemos, inaugurando los posts del nuevo año, con actividades sobre etimología.
Decir que el griego no es una lengua muerta, sino que pervive, además de su continuación en el griego moderno, en el léxico de nuestras lenguas parece una verdad de Perogrullo, a aunque a algunos todavía no les quede claro (como decía aquél "no hay lenguas muertas sino cerebros aletargados").
Decir que el griego no es una lengua muerta, sino que pervive, además de su continuación en el griego moderno, en el léxico de nuestras lenguas parece una verdad de Perogrullo, a aunque a algunos todavía no les quede claro (como decía aquél "no hay lenguas muertas sino cerebros aletargados").
Por ello, saber griego y algo sobre el significado y origen de las palabras nos permite conocer y manejar mejor nuestra propia lengua. Ya lo decía hace poco Jordi Hurtado en el estupendo programa al que soy asiduo "Saber y Ganar" (aunque los guionistas confundan algunos étimos).
Por cierto, gracias a todos por el apoyo; yo también os he echado de menos.
Gracias también a mi substituto, Francisco, por la continuidad.
Y a Lorena, por echar un cable.