dilluns, 26 de març del 2018

El oráculo délfico al Cotes

Aquest és el resum de l'activitat dut a terme pel nostre company Alejandro. Gràcies per compartir la experiència. Jo també us augure un futur brillant!


 
La semana del 12 al 16 de marzo, los alumnos de Cultura Clásica de 3º de ESO realizaron un taller de adivinación en el aula en que, a parte de los alumnos de la asignatura, pudieron participar otros compañeros de tercero, así como profesores que tenían disponibilidad a esas horas.
 
Originalmente, el taller iba a girar en torno al tema de la adivinación de las Pitias griegas, que emitían sus famosos vaticinios en el célebre oráculo de Apolo en la ciudad de Delfos; pero se nos ocurrió que, para hacer más completo el tema y que la participación y riqueza del taller fueran más variadas, podíamos ampliarlo a otras formas de adivinación existentes en al mundo griego y romano. Así que, por grupos de cuatro personas, los alumnos crearon sus propios gabinetes de adivinación formados por los cuatro roles adivinatorios que habíamos estudiado e investigado en clase. Tras alguna semana dedicada a recopilar datos de distintas fuentes sobre estas formas de adivinación, su influencia, su funcionamiento, su contexto, etcétera, los miembros de cada gabinete elegían un rol a desempeñar: pitia, quiromante, augur y arúspice.
Mientras que las pitias, entre velas, invocaciones a Apolo, ritos de purificación y mucho misticismo, ofrecían sus oráculos sentadas desde elegantes trípodes, las quiromantes escrutaban bajo el aroma del incienso las líneas de las manos de sus curiosos clientes; por su parte, los augures alzaban la mirada hacia el orbe para, a través del vuelo de las aves con las que cada persona se sentía identificada, poder leer el porvenir de quienes preguntaban, y finalmente, los siniestros arúspices, sosteniendo su cayado, nos leían con atención el futuro en las entrañas (simuladas, eso sí) de pequeños animales silvestres.

  

El taller fue entretenido no sólo por su realización final, sino porque los alumnos pudieron hacer un trabajo muy completo a lo largo de las semanas en que nos dedicamos a ello; con el cual no sólo aprendieron mediante quiénes y cómo era el oficio de la adivinación en la Antigüedad, sino porque desde el punto de vista de la creatividad y el trabajo compartido, elaboraron carteles publicitarios, combinaros sus ropajes, fabricaron sus complementos mágicos, idearon ritos de purificación, desempeñaron un rol con ciertos aspectos teatrales, etcétera. De hecho, uno de los aspectos singulares del taller fue que, a quienes iban a consultar su sabiduría adivinatoria, se les hacía entrega, a modo de regalo, de un certificado de adivinación donde dejaban constancia de sus predicciones, elaborado por ellos mismos con el nombre de su gabinete y algunos elementos decorativos, sus firmas de adivinos y un deseo final en nombre de Apolo para que éste protegiese sus destinos.
 
Para casi todos fue una experiencia curiosa, entretenida y completa, donde aprender, investigar, crear, colaborar y, sobre todo, disfrutar, no estaba en modo alguno reñido. Por supuesto hubo mucho que se podría haber hecho mejor, pero también saber darse cuenta de los fallos o aspectos mejorables del propio trabajo, es una forma fundamental de formarse como estudiantes, como personas y como grupo social, de modo que nuestros futuros trabajos sean mejores, y con ellos, nosotros mismos.

1 comentari:

  1. Aunque leído con mucho retraso, que buena pinta tiene este taller, una idea magnífica, me encanta!

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